EL DÉCIMO SCUDETTO: "EL GRAN ROBO"



Vamos a hablar de viejas épocas. Concretamente de la temporada 1924/1925, donde ocurrieron una serie de sucesos que merecen ser contados.  

En la historia del Calcio existe un hecho que es considerado el peor robo de la historia de este deporte en Italia, y justamente fue el famoso desempate interminable entre el Genoa y el Bologna donde literalmente nos arrebataron el décimo scudetto. La idea es contar como fueron los hechos de aquel episodio tan vergonzoso para el futbol y que nos tuvo como protagonistas y perjudicados directos.

Como para poner un poco en contexto la historia de aquel desempate, es bueno mencionar que en aquella época, y en un intento por "federalizar el calcio", se jugaban dos campeonatos en Italia: La "Lega Nord" y la "Lega Centro-Sud". Los ganadores de cada uno de estos campeonatos definían el scudetto en una final a ida y vuelta, pero las diferencias entre los equipos del Norte y los equipos del Centro-Sur de Italia era abismal, a tal punto que el ganador de la Liga Norte prácticamente era el ganador del scudetto... no había chance.

El Genoa venía de ganar su noveno scudetto en la temporada 1923/1924 justamente definiendo la Liga Norte contra el Bologna en una serie accidentada donde el Grifone venía ganándola y en la vuelta en Bologna los tifosi de ese club obligaron a suspender el partido descontentos con la labor del árbitro, que se retiró del campo luego de ser agredido físicamente. Se dió por ganada la serie al Genoa y luego se definió el scudetto frente al Savoia de la Centro-Sur donde se logró el triunfo y conseguimos el que sería el último scudetto hasta la fecha.

Con estos antecedentes, el Genoa se presenta a la temporada 1924/1925 como máximo favorito y como el más ganador hasta la fecha. La liga en el norte se divide esa temporada en dos grupos. El grupo A lo ganamos nosotros y el grupo B lo gana el Bologna, que era un equipo que nunca había logrado el scudetto pero venía peleando siempre arriba en los últimos años. Se venía la definición de la zona norte repitiendo la final regional del año anterior, con los tifosi del Bologna buscando venganza. Lo cierto es que el Genoa sorprende ganando el partido de ida en Sterlino, la casa del Bologna, por 2 a 1. Pero la sorpresa fue mayor cuando en la vuelta en El Ferraris el 31 de Mayo de 1925 el partido a poco de finalizar estaba 1 a 1 pero a los 38 minutos del segundo tiempo el Bologna logra el 2 a 1. Cuando parecía que el decimo scudetto se quedaba en casa, nos encontrábamos con que teníamos que ir a jugar un desempate en Milan.


El Genoa de la temporada 1924/1925

En el partido de desempate nos pusimos rápidamente en ventaja con dos goles, uno de Moruzzi y otro de Alberti. Parecía que esta vez no se escapaba, el Genoa era un equipo muy poderoso y como decíamos, favorito total para ganar el Scudetto. Pero empezaron los problemas... algunos inconvenientes menores se empezaron a dar cuando los tifosi del Genoa, ante tanta alegría, por momentos se metían dentro del terreno y se paraba el juego. Esto digamos que dentro de todo, si bien fastidiaba al árbitro, no generaba ningún incidente. Pero lo peor vino cuando a los 15 minutos de la segunda etapa, luego de un gran disparo al arco de parte de Muzzioli (jugador del Bologna) que se metía abajo, apareció el mítico arquero De Prá para tocarla y mandarla al córner. Obviamente el árbitro marcó el córner pero la impotencia contenida de los hinchas del Bologna ante otra final que se les escapaba estalló en esta jugada, y allí se desató uno de los hechos más bochornosos de la historia del Calcio. Los tifosi del Bologna se lanzaron masivamente al campo, junto con dirigentes y "camisas negras" (partidarios del régimen fascista), para increpar al árbitro diciéndole que no había sido córner, que "había sido gol pero que la red estaba rota" (?).


El Bologna de la temporada 1924/1925

En fin, el árbitro, totalmente atemorizado, se tomó quince minutos "para pensar", intentó desaparecer del campo pero estaba todo descontrolado y los tifosi del Bologna esperaban amenazantes la decisión del árbitro, hasta que no le quedó otra que finalmente cobrar el gol inexistente. El capitán del Genoa, De Vecchi, aseguró tiempo después que el árbitro le prometió que en su informe posterior daría el partido por ganado al Genoa, pero que el partido debía continuar para evitar una masacre segura. Lo cierto es que el partido continuó, pero el desarrollo del mismo se veía interrumpido cado dos o tres minutos por invasiones al campo de los hinchas de ambos equipos. A falta de siete minutos para el final, Pozzi empata para el Bologna, con un gol que según los testigos de aquel partido y las crónicas de la época, debió ser anulado por falta grosera al arquero del Genoa. Con el 2 a 2 ya decretado, se debía jugar un suplementario, pero los jugadores del Genoa obviamente no querían continuar con semejante circo, el árbitro quería salir de ahí lo más rápido posible, y continuaban las invasiones al campo de juego, por lo que se dio por finalizado el encuentro.


Una imagen del primer partido desempate jugado en Milan

El árbitro finalmente no informó nada de lo que había prometido y le pasó la pelota a la FIGC para que definiera que se tenía que hacer. El Bologna quería que le den por ganada la final aduciendo abandono del Genoa. Nosotros también queríamos que se nos diera por ganada la final por los bochornosos episodios. La FIGC digamos que buscó la solución facil y decidió que se jugara un nuevo desempate, esta vez en Turín. Lo más obvio hubiese sido dar por ganado el partido al Genoa ya que claramente el partido estaba ganado por nosotros pero el árbitro tuvo que cobrar un gol para el rival porque sino literalmente lo mataban. Claro que había presiones desde el régimen fascista y el alcalde de Bologna por ese entonces era Leandro Arpinati, hombre fuerte de "El Duce". Mussolini había entendido que el fútbol se había convertido en una pasión del pueblo e iba a hacer todo lo posible para que el Bologna se lleve su primer scudetto.

Más de un mes después de la primera final, se disputa nuevamente el desempate en un estadio de Turín totalmente militarizado para evitar que se repitan los incidentes de Milano. Arrancó ganando el Bologna, pero el Genoa, de la mano de Schiavo, puso el empate que terminó siendo el resultado final. En ese partido no hubo problemas durante el partido, pero sí los hubo luego de finalizado el mismo, cuando fuera del estadio, en la Estación de Trenes Porta Nuova, se cruzaron las hinchadas de ambos clubes y se armó un enfrentamiento muy recordado, con dos genoanos hospitalizados con golpes de culata de pistolas.

El cuarto desempate en Turín

Ya se habían disputado cuatro finales y pasado un mes y medio desde la primera, y el campeón norteño seguía sin conocerse. La FIGC no sabía cómo terminar de una vez con esta serie, y como el estadio de Milan era chico y el alcalde de Turín no quería volver a prestar la ciudad para un nuevo partido, la Federación decidió suspender el fin del torneo hasta septiembre y aconsejó a los clubes darle vacaciones a los planteles. Pero los hechos bochornosos no terminarían ahí... sorpresivamente, la FIGC decidió jugar un quinto encuentro el 9 de agosto, a las 7 y media de la mañana a puertas cerradas y en un lugar secreto que sería comunicado a los clubes poco antes de la disputa.

El lugar elegido fue el campo del Gruppo Sportivo Officine Meccaniche, en un suburbio de Milano. Lo vergonzoso fué que la dirigencia del Bologna estaba avisada con anticipación de esta decisión, y mientras el Genoa dio vacaciones a los jugadores, el Bologna siguió entrenando de cara a este partido. Esto trajo aparejado una diferencia notable en la preparación y el estado físico de ambos equipos. Encima, los alrededores del campo de juego estaban repletos de camisas negras bologneses, cuando en la teoría, el partido era en un lugar "secreto".


Quinta final, a puertas cerradas y en los suburbios de Milano. 

En esas condiciones, a nadie sorprendió que el Bologna ganará 2 a 0 y de esa forma terminara la serie de desempates mas larga del Calcio.

Luego, en la final nacional que coronaba al ganador del scudetto, el Bologna tranquilamente y como era costumbre en estos enfrentamientos venció 4-0 y 2-0 al Alba Roma (predecesor del actual AS Roma).
  
Mientras tanto nosotros no pudimos obtener nuestro décimo título, ese que hasta hoy en día se nos viene negando y que no nos permite coser la estrella sobre nuestro escudo en nuestra gloriosa maglia. Por eso es que hasta hoy en día todos los genoanos tenemos presente esta historia más allá que la inmensa mayoría ni habíamos nacido, pero es de esas historias que perduran de generación en generación.

Esta es la historia de aquella temporada y de un hecho que manchó al Calcio como nunca había sucedido hasta entonces. Lejos de victimizarnos, la idea de esta reseña es justamente contar/recordar a todo el Mundo Genoa hispanoparlante lo que sucedió allá lejos y hace tiempo, y que forma parte de la historia de nuestro Grifone.

Martín Graffigna

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Anónimo dijo...

FORZA GENOA!!!!! TIFOSI DEL GENOA PELO MUNDO SOY BRASILENO @GENOABRASIL SALUDOS HERMANOS

 
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